De un tiempo a esta parte, las fiestas de cumpleaños de los perros han cambiado, pero para bien. A las ñoños, las carcajadas interminables y al equipo de sonido lejano, se le sumaron una batería, amplis, bajos, guitarras y todo lo que inspire. Está comprobado que con el transcurrir de los años el alma de los músicos se vuelve más musical, más abierta y por ende más feliz. Entonces, que mejor manera de festejar otras 365 noches de vida que con una zapada de la gran puta! Hace poco estuvo de cumple Felipe Muñoz, batero de Dokma y bohemio por excelencia, así que la jornada de diálogos entre los instrumentos estaba asegurada. “Vengan temprano los perros”, rezaba una invitación que me llego vía Orkut y que estaba firmada por el “Felipón”. A las 18 ya había gente, una hora después se armo la onda y al toque comenzó el toque que se extendió hasta bien entrada la mañanita del día siguiente. Entre los invitados estaban músicos de diversas bandas de la escena rockera y eso es lo lindo que tiene la zapada, no discrimina, todo lo contrario, es abierta e incluyente, basta con animarse y meterle.
Frank Zappa empezó a ejecutar la guitarra con una finalidad muy concreta: quería tocar solos improvisados larguísimos sobre sus discos de Rhythm and Blues . Fue autodidacta y nunca se considero un virtuoso. Según él, un virtuoso debe ser capaz de tocarlo todo, él solo podía tocar lo que sabía. Son famosas sus apariciones “fantasmales” en conciertos de otros grupos con quienes compartía escenario para tocar lo que sea.
Zappa prefería que la sección rítmica se mantuviera en un mismo acorde durante toda la improvisación; o, en todo caso, en una progresión que incluyera el número mínimo de acordes para configurar un determinado "aroma" armónico (así lo definía el men). A 14 años de su ida a vaya saber que galaxia copada, su legado revive en cada encuentro como el que se vivió en lo del Felipón y que se repite en cada “onomástico” de los muchachos. Larga vida a la zapadas cumpleañeras carajo!
x Lésico
Frank Zappa empezó a ejecutar la guitarra con una finalidad muy concreta: quería tocar solos improvisados larguísimos sobre sus discos de Rhythm and Blues . Fue autodidacta y nunca se considero un virtuoso. Según él, un virtuoso debe ser capaz de tocarlo todo, él solo podía tocar lo que sabía. Son famosas sus apariciones “fantasmales” en conciertos de otros grupos con quienes compartía escenario para tocar lo que sea.
Zappa prefería que la sección rítmica se mantuviera en un mismo acorde durante toda la improvisación; o, en todo caso, en una progresión que incluyera el número mínimo de acordes para configurar un determinado "aroma" armónico (así lo definía el men). A 14 años de su ida a vaya saber que galaxia copada, su legado revive en cada encuentro como el que se vivió en lo del Felipón y que se repite en cada “onomástico” de los muchachos. Larga vida a la zapadas cumpleañeras carajo!
x Lésico
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